domingo, 16 de enero de 2011

EE.UU-China, teoría de la transición de poder. Política económica exterior y complementariedad de mercados.

China, EE.UU. y los agoreros

Por: Farid Kahhat (Analista Internacional y catedrático de la PUCP).

Según la teoría de la transición de poder, cuando una mayor tasa de crecimiento en la economía de una potencia emergente le permite colocarse a tiro de piedra del poderío militar de la potencia dominante, y ambas no eran aliadas antes de producirse esa evolución, lo más probable es que los conflictos de interés entre ellas se diriman por la vía de las armas. Lo cual augura un futuro sombrío para las relaciones entre China y Estados Unidos.

Existen, sin embargo, razones para dudar de esas previsiones. Por ejemplo, cuando se define la guerra como un medio para lograr fines políticos, se asume que su utilidad relativa depende de un cálculo costo-beneficio.

De ser así, una guerra entre estados dotados, tanto de armas nucleares como de misiles balísticos intercontinentales, es el medio más costoso que se pueda imaginar. Tan costoso, que es virtualmente imposible concebir un fin que amerite su empleo. Y si bien es teóricamente posible que una guerra entre potencias nucleares se mantenga en el plano convencional, la razón por la que nadie se atrevió a iniciar una es que no hay forma de establecer con certeza el umbral que habría que atravesar antes de que alguna de las partes decida usar bombas atómicas.

Pero incluso una guerra convencional podría implicar un costo prohibitivo entre países altamente interdependientes, dado que al costo del uso de la fuerza se sumaría la pérdida de los beneficios que proporciona la cooperación económica. China es, por ejemplo, el segundo socio comercial de Estados Unidos, mientras este país es el primer socio comercial de China. Las empresas de matriz estadounidense son la principal fuente de inversión extranjera en la economía china, mientras que los fondos soberanos del Estado Chino son una fuente creciente de inversión extranjera en Estados Unidos.

Claro que podría haberse dicho algo similar respecto al comercio y la inversión entre Alemania y Gran Bretaña en los años previos a la Primera Guerra Mundial. Pero existen grandes diferencias entre ambos casos, comenzando por una ya mencionada: ni Alemania ni Gran Bretaña eran potencias nucleares. Existen además formas de interdependencia económica entre China y Estados Unidos que no existían entre Alemania y Gran Bretaña. Por ejemplo, las reservas internacionales de China contienen una gran cantidad de bonos del tesoro estadounidense: es decir, el Estado Chino es uno de los principales acreedores de la deuda contraída por el Estado norteamericano.

Lo anterior no implica que no existan conflictos de intereses entre ambos países, pero sí que ambos tienen un interés común en mantener esos conflictos bajo control. Y para ese fin cuentan con instituciones multilaterales que no existían antes de la Primera Guerra Mundial. Estas han contribuido a crear reglas de juegos compartidas, mecanismos de resolución de conflictos y una economía internacional abierta.

La historia del siglo XX muestra la relevancia de este último punto: allí donde las fronteras económicas coincidían con las fronteras políticas, la expansión territorial podía ser un medio necesario para garantizar el acceso a recursos naturales. En una economía internacional abierta se puede acceder a ellos a través del comercio y la inversión (regla que admite excepciones: los materiales fisibles y los combustibles fósiles). Eso contribuye a explicar la diferencia entre la conducta exterior del Japón antes de la Segunda Guerra Mundial y después de esta. Para no mencionar la conducta de la propia China, cuya política exterior fuera de su región es en lo esencial una política económica exterior.

De cualquier modo, los estudios cuantitativos realizados en las últimas décadas no encontraron una relación necesaria entre las variables que proponía la teoría de la transición de poder: la diferencia en las tasas de crecimiento entre dos estados no parece tener mayor influencia sobre la probabilidad de que ocurra una guerra entre ellos.

Fuente: Diario El Comercio (Perú). 16 de Enero del 2011.

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