sábado, 24 de marzo de 2012

Ollanta Humala, entre la centro derecha y la centro izquierda.

¿Es de Izquierda el gobierno de Humala?

Por: Steven Levitsky (Politólogo)

Es de (centro) izquierda el gobierno de Humala? Él mismo ha dicho que no. Esa proclamación no significa mucho porque todos los que gobiernan (o aspiran seriamente a gobernar) en el Perú dicen que no son de derecha o izquierda.(Los fujimoristas dicen que su partido no es de derecha, pero lo es).

Existe casi un consenso entre los analistas que el gobierno de Humala no es de izquierda. No ha cambiado el modelo económico; mantiene las políticas macroeconómicas ortodoxas; ha adoptado una posición abiertamente prominera; y su reacción ante la protesta en Cajamarca reveló una preferencia por el orden sobre la participación popular y la concertación. Todavía no sé cómo clasificarlo. Recién empieza, y como es un gobierno personalista e inexperto en política, mucho puede cambiar.

Una lección de este decenio es que hay varias maneras de ser izquierda en AL. Dejemos de lado la izquierda tradicional o marxista. Fuera de Cuba y quizás Venezuela, todos los que gobiernan en AL son más centroizquierda que izquierda. También dejemos la idea de que izquierda tiene que ser anticapitalista o antimercado. En el mundo actual, casi todos los partidos importantes de izquierda aceptan las normas básicas del capitalismo. Si la izquierda no pudiera ser procapitalista, Lula, el Frente Amplio, el PS de Chile, y los socialdemócratas europeos no serían de izquierda.

¿Qué es la izquierda entonces? En mi libro con Kenneth Roberts (El resurgimiento de la izquierda latinoamericana, 2011), postulamos que el eje central de la izquierda de AL es la redistribución. Los gobiernos de izquierda buscan utilizar las políticas públicas para reducir la desigualdad socioeconómica. La izquierda más radical (casi inexistente hoy) busca hacerlo a través de la expropiación y redistribución de la propiedad (reforma agraria, etc.). Los gobiernos de centroizquierda buscan hacerlo a través de los sueldos, los impuestos y las políticas sociales.

Pensando en estos términos, el gobierno de Humala podría ser calificado como centroizquierda moderada. El impuesto minero, el incremento del salario mínimo, y la inversión en programas como Juntos, Pensión 65, Cuna Más y Beca 18 no constituyen la “gran transformación,” pero sí son políticas orientadas a la redistribución. Si se implementan según el plan del Ministerio de Desarrollo e Inclusión, estas políticas sociales beneficiarán a cientos de miles de familias pobres en los próximos cinco años. No se sabe si el gobierno posee la voluntad o la capacidad para cumplir con estos objetivos, pero si lo hace, se distinguiría de los dos gobiernos anteriores.

Hay otras dimensiones de izquierda que pueden chocar con el objetivo de la redistribución. Una es el eje producción versus regulación. Una tendencia importante dentro de la izquierda moderna es la que busca utilizar al Estado para regular el capital privado a fin de proteger el medio ambiente y/o comunidades históricamente explotadas (como grupos indígenas). Es una tendencia “posmaterialista” que surgió en las democracias industrializadas –donde las necesidades básicas estaban cubiertas– a partir de los años 70.

La defensa del medio ambiente y de las comunidades indígenas es, sin duda, una orientación izquierdista. Pero es otra izquierda. Y en un país pobre como el Perú (sorry Mr. Gates), puede chocar con los objetivos de la redistribución. En AL, donde las economías siguen siendo precarias y –aún en tiempos de boom– los recursos no abundan, muchos gobiernos cuya prioridad es la redistribución terminan siendo más “productivistas” que verdes. Lula decepcionó a los defensores de la Amazonía. Cristina está enfrentada con los grupos ecologistas por su promoción de la minería. Correa ha optado desde el principio por el desarrollo –y no la protección– de los recursos naturales, generando la oposición de sectores indígenas y ecologistas. Hasta Evo, que se declara pro indígena y mantiene una fuerte relación con grupos indígenas, mantiene una agenda productivista que ha generado conflictos. Estos gobiernos son de izquierda. Pero la necesidad de generar recursos –en muchos casos, para invertir en políticas redistributivas– los empuja hacia una posición más productivista que ecologista o indigenista.

La opción por el orden sobre la protesta también podría relacionarse con el productivismo. El pacto que el gobierno negoció con los grupos mineros rindió frutos importantes: generó más recursos para invertir en las políticas sociales. Pero todo pacto es un toma y daca, e imagino que, en cambio, el gobierno ofreció ciertas garantías para la inversión. En Cajamarca, Humala –que como candidato se había solidarizado con los manifestantes– enfrentó la primera prueba del pacto. Su reacción me parece exagerada, pero desde la perspectiva de una izquierda productivista, que busca recursos para sostener su proyecto social, no fue incoherente. Dicho de otra manera, la reacción de Humala ante lo de Cajamarca podría explicarse por su formación militar, por su “captura” por las empresas mineras, o por su “fujimorización”.

Humala podría terminar como Alan García, que parece haber concluido que no valió la pena pensar seriamente ni en la redistribución ni en el medio ambiente. Pero la experiencia de otros gobiernos de AL sugiere que hay otros caminos. Toledo y García dejaron un gran espacio en la centroizquierda. Si Humala utiliza bien los recursos generados por sus políticas macro para hacer llegar a más gente las políticas redistributivas del Estado, podría –aún enfrentado con las izquierdas tradicionales y verdes– llenar ese espacio.

Steven Levitsky es un destacado politólogo con estudio en Ciencias Políticas por la Universidad de Stanford (1990) y un doctorado en la Universidad de Berkeley, California (1999).
Desde mayo de 2008, es profesor titular de las asignaturas de Government y Social Studies en Harvard University.
Se desempeña como consejero de dos organizaciones de estudiantes en Harvard University: la Organización de Harvard para América Latina, y el Proyecto de Harvard para el Desarrollo Sostenible; y, además, ejerce de Consejo Consultivo de la Asociación Civil POLITAI, dedicada a la investigación en Ciencia Política y Gobierno, conformada por estudiantes de la Pontificia Universidad Católica del Perú.

Fuente: Diario La República (Perú). Domingo, 18 de marzo de 2012.

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